Aunque no es lo primero, desde el punto de vista de la planificación, a la hora de abrir un Gabinete la imagen siempre es necesaria. Queramos o no, la primera impresión es importante, sobre todo en el momento de elegir entre varios desconocidos.
La imagen tiene dos vertientes, la estética y la del márquetin. Para algunas marcas ha sido tan importante que actualmente se conoce su marca y no el producto que venden (clínex). En nuestra profesión no va a ser tan determinante pero no debemos descuidarla. La estética debe ser atractiva y representativa de lo que hacéis. Y el márquetin lo decidiréis vosotros dependiendo de las expectativas comerciales que os hayáis marcado.
La creación de la imagen puede ponerse en manos de profesionales. Si buscáis bien encontraréis siempre alguien que se ajuste a vuestro presupuesto. Sin embargo, si queréis involucraros personalmente, las cosas se complican, deberéis desarrollar la idea y ejecutarla, lo que significa que hay que conocer programas de diseño gráfico. Al principio yo opté por la segunda opción. Poco a poco conseguí un logo aceptable (4 versiones). Pero, hace unos meses, un profesional me dijo que mi logo era antiguo, que mostraba poca profesionalidad y que no transmitía ni solidez ni se correspondía con un Gabinete con experiencia. Así que cedí y opté por un profesional para modernizar y dar frescura y profesionalidad a mi imagen. Nuestra profesión es difícil de plasmar.
Yo he intentado mantener la idea original, lo que alargó ligeramente el proceso, quise que transmitiera el cuidado con el que me tomo mi trabajo y todos los simbolismos que imaginé en mi primer logo. Aún no me identifico mucho con él, han sido muchos años con mi adorado obsoleto logo que era mio-mio, pero supongo que todos tenemos que renovarnos o morir.